Ayer 2 de diciembre se aprobó en el Senado la prohibición -con excepciones- de uso de celular en todos los niveles educativos.
En nuestra experiencia, venimos viendo que hace ya muchos años que las comunidades educativas están conscientes de los efectos adversos del uso indiscriminado de celulares en contextos educativos, por lo que pese a no haber existido una ley, muchas comunidades educativas ya tienen incorporado prohibición o restricciones de uso de dispositivos electrónicos a sus reglamentos, con diversos criterios de excepción, entre las que el uso pedagógico y situaciones “debidamente justificadas”, permitían ciertas excepciones.
Lo que también hemos visto es que el problema no radica necesariamente en tener o no normado reglamentariamente el uso de celulares, sino que el desafío ha sido lograr que esta norma efectivamente se cumpla, por cuanto si bien conocemos de muchas experiencias en que con distintos métodos han logrado hacerla efectiva (recolección en cajas a la entrada del colegio, casilleros personales para guardar celulares en la sala, enrte otros), existen no pocas realidades en que se ha preferido hacer “vista gorda” con la priopia normativa interna, ante lo complejo de restringir o prohibir el uso de teléfonos. Hay quienes refieren al temor a las reacciones que estudiantes o sus familias, otros actores educativos indican que son muchos como para controlarles, se señala que si una(a) estudiante se niega tampoco se les puede privar de algo de su propiedad o incluso se plantea que el sólo hecho de que el colegio no puede cargar con la responsabilidad de almacenar los celulares de todos(as) sus estudiantes ya que en caso de perdida lo obligaría a responder por él.
Con todo, señalar que lo referido en este artículo corresponde a la percepción que se nos ha generado sobre la problemática, en base a lo observado a lo largo de muchos años de trabajo con comunidades educativas, y claro está, que no ha sido sometido a un proceso de sistematización, pero que nos deja en una situación de incertidumbre respecto del impacto real que tendrá esta nueva ley, que se suma a otras muchas, que aspiran a través de la adición de mayor complejidad normativa, mejorar las relaciones al interior de las comunidades educativas y con ello su mejora integral, principio que aunque no lo compartimos del todo, esperamos tenga resultados positivos.
Y tú ¿Cómo crees que impactará esta nueva norma en tu escuela, colegio o liceo?
Agradeceremos nos regales 3 minutos para responder la siguiente encuesta, cuyos resultados que expondremos a la brevedad, serán de gran ayuda para la implementación efectiva de esta nueva ley.


