Casos de exito
Fecha de realización | Octubre a Diciembre de 2018
Coordinador: Rodrigo Gutiérrez Lobos, Sociólogo Dpl. Convivencia Escolar
Asesor – Facilitador: Claudio Almonacid Ruiz, Trabajador Social.
Asesora Jurídica: Francisca Bascuñán Venegas, Abogada experta en Derechos Educativos.
¿Cómo lograr apropiación del reglamento de convivencia por parte de la comunidad educativa, al mismo tiempo que actualizar según normativa vigente?
Democratización de proceso de actualización de Reglamento de Convivencia
En el marco de las nuevas exigencias impuestas por la Superintendencia de Educación referidas a los contenidos mínimos que deben contener los reglamentos de convivencia (Res. Ex. N° 782 de abril de 2017), el equipo de gestión del Colegio San Juan Bautista de la comuna de Ovalle, se da a la tarea de actualizar su reglamento y nos invita a ser la parte facilitadora en este interesante proceso.
En reunión con el equipo directivo y de convivencia, llegamos a la convicción de que este proceso debía rebasar lo meramente legal y debía capitalizarse como una oportunidad dotar de una solución que combine la necesidad de mayor legitimidad y más efectividad la normativa interna de convivencia, a través de la participación de la totalidad de la comunidad educativa.
La implementación se conformó de las siguientes 5 etapas: Diagnóstico, asesoría al equipo directivo, talleres de actualización, sistematización y validación y plan de difusión del nuevo RICE.
Como resultado de este trabajo, el Colegio San Juan Bautista, además de contar con un RICE “en regla”, fortaleció la adherencia de la comunidad educativa con la norma a través de la profundización de los espacios democratizantes del colegio, que permitieron contar con un reglamento legítimo y co-elaborado.
Plan de difusión de principales artículos del RICE a partir de un set de piezas gráficas elaboradas en lenguaje coloquial, lúdico y cercano a los estudiantes.
A propósito de los cambios gatillados a partir del proceso, uno particularmente relevante y ejemplar en cuanto a práctica democrática, consistió en la supresión de la obligatoriedad del uso del uniforme, moción presentada y promovida por representantes estudiantiles en los talleres de actualización. Seguido de esto se realizó una consulta general a apoderados y estudiantes, optando mayoritariamente por el reemplazo del uniforme por un buzo unisex como atuendo institucional de uso cotidiano. A decir del Encargado de Convivencia, esta medida “Contribuyó al mejoramiento de las relaciones entre estudiantes e inspectores que ahora podría centrar su atención en cosas realmente importantes para la convivencia, mucho más importantes que el uniforme”.
