La organización del tiempo puede apoyar, de manera efectiva, la prevención de situaciones de disrupción en el aula. Un ambiente estructurado permite una clase fluida y centrada en las tareas de aprendizaje.
Algunas estrategias para optimizar el tiempo en el aula:
- Planifique su clase y establezca tiempos específicos para cada actividad.
Una buena planificación permite estimar adecuadamente los tiempos e imprimir un ritmo de trabajo adecuado a las actividades de cada clase. Ayuda a no alargar una actividad más allá de lo conveniente, manteniendo la atención y concentración de los/as estudiantes en la tarea.
- Establezca una rutina organizada y conocida por los estudiantes.
Establecer ciertas rutinas para repartir materiales, distribuir grupos, iniciar la clase, cerrar las actividades, etc., les a los/as estudiantes permite anticiparse y colaborar. Les brinda seguridad y sentimiento de competencia, especialmente a quienes tienen mayores dificultades para enfrentarse a experiencias desconocidas. Permite el trabajo autónomo y centrarse en la tarea.
- Emplee un tiempo planificado para enseñar las reglas y expectativas de comportamiento:
La preparación y organización es vital para que los/as estudiantes comprendan lo que se espera de ellos/as. Es relevante destinar un tiempo planificado y muchas veces extenso, para explicar los procedimientos y reglas a los/as estudiantes, ser explícitos y permitir el aprendizaje gradual. Los comportamientos deben enseñarse, tal como las asignaturas y se requiere dedicación de tiempo a ello. Esta inversión de tiempo, que podría parecer un retraso, finalmente redundará en ahorro de tiempo en las clases siguientes.
- No detenga su clase por cualquier motivo.
Al detener su clase para atender un problema de comportamiento, se pierde tiempo y, lo que es más importante, se pierde el foco en la tarea, generando espacio para más disrupción. Jerarquice y detenga su clase sólo ante situaciones que realmente lo ameriten. Para disrupciones menores utilice otras estrategias: ignore las disrupciones menores y vuelva a centrar el foco en la tarea de aprendizaje, párese cerca de un estudiante que está por comenzar a hacer desorden, haga contacto ocular, realice preguntas directas a los estudiantes para mantener su atención o paséese por el lugar de la sala donde comienza a haber ruido, retome la atención de los estudiantes y siga su clase.
- Evite perder tiempo de clases por problemas de infraestructura y/o material.
En lo posible, reserve con anticipación los espacios que requiera para trabajar (sala de computación, biblioteca, taller) y asegúrese que están disponible. Evite perder tiempo buscando materiales, fotocopias o apuntes. Procure tener los equipos de multimedia a punto cuando requiera utilizarlos. De este modo mantendrá la atención de los/as estudiantes, sin dejar espacios para conductas inapropiadas.
- Mantenga un ritmo fluido durante las actividades de la clase.
Es importante dar un mensaje de continuidad y ritmo constante de trabajo. Mantenga un ritmo fluido entre actividades, alterne distintos tipos de actividades, haga participar constantemente a los estudiantes, considere los períodos de atención propios de cada edad al planificar su secuencia de actividades.
- Coordine estrategias comunes con sus colegas.
El trabajo coordinado es clave para dar una señal de coherencia a los estudiantes. Siempre que pueda, implemente estrategias comunes con sus colegas, de este modo, el tiempo invertido por cada uno para enseñar y recordar las reglas será menor, y redundará en beneficios para las clases de todos.
Autora: Isabel Salgado Labra, Equipo Convivo.